Un día, al secarse con la toalla, Paul descubrió un pequeño bulto arriba de su pezón derecho. Pocos días después consultó a un doctor y luego a una especialista. El diagnóstico tras la biopsia fue inequívoco: tenía cáncer de mama y debía someterse a una mastectomía, algo que la mayoría de los hombres no cree que le puede llegar a pasar.