MI HISTORIA

María Paz tenía 35 años y dos hijas de 4 y 2 años cuando le detectaron en su mama derecha un carcinoma ductal in situ, extendido. Le realizaron una mastectomía con reconstrucción inmediata. María Paz era partidaria de hacerse una mastectomía doble en ese momento, pero los doctores le pidieron que, antes, se informara y evaluara su verdadero riesgo de tener cáncer en la otra mama. Un año después y con aprobación médica, se sometió a una mastectomía en la mama izquierda y una posterior reconstrucción. “Sabía que así viviría más tranquila”, explica.


TIPS

1. Pensando en el futuro:

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“No poder volver a amamantar es una de las cosas que me cuestioné antes de hacerme la mastectomía. Pero pensé: es lo que me tocó y ya. Hay que salir adelante y tratar de ganar esta guerra. Era una opción que en mi caso me permitiría tener un mejor pronóstico y estar más tranquila, y para mí era fundamental hacer todo lo que estuviera a mi alcance para estar con mis niñitas y mi marido. Por eso nunca me he arrepentido y hasta el día de hoy siento que fue la mejor decisión”

2. Tras la mastectomía total:

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“Las cicatrices que me quedaron son heridas de guerra, son parte de mi historia y me recuerdan el haber pasado y, espero, superado esta enfermedad. De todas maneras el tiempo juega a tu favor y esas marcas se van atenuando. A mí me ayudó mucho usar cremas cicatrizantes dermatológicas y otras como pasta Lassar y parches de silicona, que se venden en las farmacias”.

3. Chao a los sóstenes con barba:

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No volví a necesitar barbas, incluso me molestan. Pero más allá de lo práctico, hay que tratar de ver el lado positivo. Por ejemplo, al tener silicona puedo hacer ciertas cosas como correr mucho más cómoda o usar vestidos strapless que muchas amigas mías no se pueden poner”.

4. Autoestima:

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“Estuve un año con una pechuga operada y la otra no, se veían super distintas. Y eso igual es fuerte. La de silicona era mucho más dura, pero finalmente te acostumbras y, además, usaba rellenos para equipararlas, por lo que se veían bastante simétricas. En verano usaba bikini strapless, porque disimulan mejor las imperfecciones y cicatrices. Ahora ya he asumido y me he reconciliado con esa parte de mi cuerpo, y gracias al apoyo de mi marido me siento una mujer fortalecida en todo sentido”.