
Quequi Mingo
MI HISTORIA
Sus cuatro hijos aún eran niños cuando se enteró de que necesitaba, a como diera lugar, un trasplante de pulmones y riñón. La lucha fue ardua, pero consiguió un donante. Sin embargo, años después de la operación descubrió que las fuertes drogas recetadas para evitar un rechazo de los órganos trasplantados le produjeron un cáncer a la piel (carcinoma) y, con ello, su vida a los 50 años volvió a dar un giro drástico.
TIPS
1. La Lucha empieza por uno:
Categoría: Otros
“La actitud es lo más importante. Yo siempre tuve claro que mi trasplante y sus consecuencias no me la iban a ganar, porque no podía dejar a mis cuatro niños, de ninguna manera. Eso me mantuvo firme y dispuesta a salir adelante".
2. La actitud es lo más importante:
Categoría: Otros
"Yo siempre tuve claro que mi trasplante y sus consecuencias no me la iban a ganar, porque no podía dejar a mis cuatro niños, de ninguna manera. Eso me mantuvo firme y dispuesta a salir adelante".
3. Para no pelear con el catéter:
Categoría: Otros
“Para esconder el catéter, usaba poleras y chalecos con botones, me lo metía por debajo y me enganchaba las mangueritas atrás, en una mochila que andaba trayendo todo el tiempo. Era genial, porque cuando me venía a ver alguien y yo abría la puerta, me preguntaban si iba saliendo... Nunca me acordé que lo tenía, excepto durante las curaciones de la noche y la mañana”.
4. Con los hijos, la mejor cara:
Categoría: Otros
“Frente a mis hijos, minimicé mis dolores y lo hago hasta hoy. No tengo por qué decirles a los niños que me siento mal si sé que no es algo grave. Si ellos se preocupaban después no rendían en el colegio, no salían a jugar, se amargaban. Mis hijos siempre han visto una mamá que tira para arriba”.
5. Auto cuidarse es un deber:
Categoría: Otros
“La vida es propia y no hay nadie que nos cuide mejor que uno mismo. Ni tu mamá, ni tu hijo, ni tu amiga del alma te van a cuidar mejor que tú, porque tú sabes lo que está pasando y conoces tu cuerpo. Cuando está funcionando bien y cuando no”.