
Carla Vidal
MI HISTORIA
Desde que le diagnosticaron un complejo cáncer de páncreas, Carla se sometió a un tratamiento de cinco años con más de 80 sesiones de quimioterapia. Pero la enfermedad tuvo la última palabra y Carla murió en noviembre de 2012. Antes hizo muchos cambios significativos en su vida para enfrentar la enfermedad y de ellos alcanzó a compartir varios para este libro.
TIPS
1. Abrirse al mundo y dialogar con é:
Categoría: Otros
“Escribir mi historia me abrió un mundo. Hay algo muy emocional en pertenecer al ‘club’ de los enfermos de cáncer, y hacerlo en forma abierta es casi como salir del clóset. Mi testimonio fue subido a varias páginas web y terminó siendo muy público, yo no controlaba quién lo leía. Gracias a ello conocí a más gente enferma y terminamos formando un grupo que se junta una vez al mes y donde compartimos nuestros respectivos procesos, además de consejos, dietas y cosas prácticas”.
2. Pagar un seguro oncológico:
Categoría: Tratamiento
“Contraté un seguro de la Clínica Alemana en 2002, alguien cercano lo estaba vendiendo y lo hice por echarle una mano. Con mi marido pensábamos en un posible accidente o una hospitalización, pero nunca en un cáncer. Y resultó que, en caso de cáncer, el seguro ni siquiera tenía deducible y no hemos pagado un peso. Sin él habríamos podido pagar uno o dos años, jamás cinco. La diferencia en términos económicos –pero sobre todo de tranquilidad emocional– es gigantesca”.
3. Anotar el día a día:
Categoría: Otros
“Cuando empecé mi testimonio llevaba cinco años enferma y ya me habían pasado muchas cosas. No sé si uno puede ponerse a escribir desde el principio de la enfermedad, porque cambia mucho lo que uno va pensando. Lo que sí hice fue mantener una especie de diario donde escribí el día a día, no solo el recuerdo. Y recomiendo mucho este registro, porque lo que primero se olvida es la cotidianidad”.
4. Hijos chicos, hijos grandes:
Categoría: Apoyo familiar
“Cuando me enfermé, de mis tres hijos la mayor estaba en cuarto medio y el más chico tenía 10 años. A todos les conté desde el principio, pero con el menor puse el énfasis en que venían tiempos duros, que iba a estar en tratamiento, que iba a estar muy cansada, que se me podía caer el pelo. Me centré en lo que significaba el tratamiento. Es importante contarles la verdad a los niños, evitar que se enteren por otro lado y levantar un tabú al respecto”.
5. Reorganización familiar asistida:
Categoría: Apoyo familiar
“Un colega me ofreció una terapia familiar el primer año de enfermedad. Fue superpositivo, porque nos sirvió para ajustar algunas prácticas familiares: yo era una mamá que trabajaba mucho y, por lo mismo, condescendiente en temas domésticos. La terapia ayudó a que mis hijos entendieran que, en adelante, la casa tendría que funcionar de otra manera y que ellos debían hacer su parte”.
6. El ritual del pelo:
Categoría: Otros
“El proceso de caída del pelo es tremendo. Tienes que barrer el baño todos los días y, además, duele, porque se abren los poros. Cuando llegó el minuto de raparme, quise convertir esa instancia en algo que sirviera y propuse hacer un ritual familiar, en vez de ir a la peluquería. Pusimos música y, frente a mis tres hijos, mi marido me peló. Fue muy emocionante. Les pedí que enterráramos el pelo y que mientras lo hiciéramos yo iba a pensar qué más quería sepultar junto con ese pelo, cosas mías de las que quisiera desprenderme. Lo hicimos un 24 de diciembre y fue tan bonito que, lejos de angustiarme o deprimirme, me dejó una sensación de liviandad, porque ya no había nada más que estar sosteniendo”.
7. Hacerse su propio escenario:
Categoría: Otros
“Es fundamental armarse un ambiente. En todas las quimioterapias con hospitalización (algunas fueron ambulatorias), me llevaba velas de chocolate para contrarrestar el olor de la clínica. También llevaba cosas para distraerme cuando tuviera ánimo, como el computador; tenía libros, pero leer es más difícil, porque uno se empieza a sentir mal con relativa rapidez. De vuelta en mi casa después de las quimios, era importante hacer cosas entretenidas. Yo veía películas, muchas películas”.
8. La peluca:
Categoría: Otros
“Usé peluca un solo día y no la toleré: me picaba, me molestaba, me daba calor. Al final la guardé y usé pañuelos. Fue una liberación muy importante para mí, porque el pelo era mi reducto de control”.
9. La asertividad primero:
Categoría: Otros
“Hay que tener muy claro qué nos hace bien y qué nos hace mal, evitando todonlo que sea por cumplir con los demás. Si viene gente a verte y tú no estás de ánimo, que se devuelvan, lo siento en el alma. No se trata de ser malagradecido, pero es vital mantener la asertividad. Para mí no fue fácil, porque el primer año de enfermedad fue una larga romería hacia mi casa, hasta que empecé a notar que quedaba emocionalmente exhausta y entendí lo absurdo de someterme más encima a ese proceso. La quimioterapia puede ser como estar en Hiroshima, por eso no siempre es posible cumplir las obligaciones sociales con normalidad”.
10. ¿Por qué me pasa esto a mí?:
Categoría: Otros
“La pregunta es inevitable y muy problemática. Tiene algo bueno, porque empiezas a hacer ajustes útiles en tu nueva vida. Pero también tiene una dimensión culposa, que es macabra y cuyo reverso es la fantasía de que si corrijo tal o cual cosa me sano, expectativa que también resulta agobiante. Salir de esa trampa mental es muy importante y la psicología budista me permitió hacerlo gracias a su idea de que la enfermedad y la muerte son situaciones naturales, no un fracaso personal”.
11. No luches, vive:
Categoría: Otros
“Es difícil entenderlo, porque uno asocia no luchar con derrotarse, con dejarse ganar. Y en esto se trata de salir de la lógica de la lucha. No es dejarse ganar; no es ganar; no es perder. Es escapar de las dicotomías y vivir”.
12. La enzima vitalizadora:
Categoría: Otros
“Cuando las personas van a morir como que reviven el día anterior. Un oncólogo se obsesionó con explicar por qué pasaba esto y descubrió una enzima que el cuerpo produce un día antes de morir para vitalizarte, lo que posibilita la despedida. Yo me hago un tratamiento que dura seis meses con esa enzima. Es un líquido sublingual que se aplica tres veces al día durante la primera semana, la segunda semana cada 12 horas y la tercera una sola vez al día. Después te controlas una vez al mes para asegurar una buena impregnación. La enzima, junto a otras terapias complementarias como yoga, dieta sin azúcar y meditación, de verdad me han hecho bien, porque el nivel de energía que he tenido este último año ha sido impresionante. Los primeros años a las nueve de la noche ya estaba durmiendo y ahora me puedo dormir a las doce sin ningún problema”.
13. Medicina antroposófica:
Categoría: Otros
“Recurrí a ella desde el principio como tratamiento complementario, mediante inyecciones en el estómago de una planta llamada viscum que fortalece el sistema inmunológico”.
14. Cosas sencillas:
Categoría: Otros
“Camino todo lo que puedo y no ando en auto. Me muevo mucho a pie y atesoro esos momentos; voy mirando con la actitud de caminar sin rumbo, aunque vaya hacia algún lugar. Son momentos de mucha gratificación”