MI HISTORIA

Tenía 35 años, siete hijos y un trabajo intenso. Hiperactiva por naturaleza, el hecho de sentirse cansada constantemente durante un buen tiempo la alertó. Decidió ir al doctor y tras 72 horas de exámenes, el diagnóstico la remeció: cáncer de colon. Luego de una operación y siete meses de quimioterapia, se sanó.


TIPS

1. Centrarse en el crecimiento personal:

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“Cuando te entregan un diagnóstico así de fuerte surgen muchos temores, pero a pesar de esto, no se debe perder de vista la experiencia de crecimiento que te puede aportar una situación así”.

2. Trascendencia:

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“Vivir esta experiencia de la mano de Dios me ayudó mucho. El sentido de trascendencia abre un acercamiento distinto a la enfermedad. Si te vas a morir, el cáncer es una oportunidad para prepararte”.

3. No temerle a la enfermedad:

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“Hay que vivirla con naturalidad, dando la pelea con todas las ayudas posibles y aprovechando lo que eso conlleva: la experiencia de afecto que viví fue impresionante”.

4. Sin caretas:

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“Mi recomendación es ser lo más transparente posible con la familia. La enfermedad te permite sacarte las caretas y eso es sanador, tanto para uno como para los más cercanos”.

5. La verdad es un derecho:

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“Estoy convencida de que como enfermo hay que exigir que te cuenten la verdad: uno tiene derecho a prepararse cuando existe la posibilidad de morir”.

6. Atenta a tu cuerpo:

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“Hay que saber cuidarse y aprender a escucharse. Los síntomas siempre tienen una explicación médica”.

7. No existe la mujer maravilla:

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“Hay que aprovechar las lecciones de vida que deja un proceso como este. Después del cáncer se vive distinto, más tranquilamente. Yo tenía un sistema de vida intenso y estaba en la típica etapa en que una quiere ser la mujer maravilla. Después del cáncer me di cuenta de que no se puede”.