MI HISTORIA

Hace cinco años Luis detectó una pelotita en su cuello. Se hizo exámenes, pero los médicos no encontraron ninguna explicación para su ganglio inflamado. Estuvo un año entero haciéndose estudios en clínicas privadas. Le dijeron que podía ser un resfrío, lupus, la enfermedad del gato… “Mi cuello se hinchaba cada vez más. Cuando se acabó la plata y la paciencia recurrimos al sistema público y me diagnosticaron. Jamás pensé que me daría cáncer, pero tuve que enfrentarlo. Soy joven, puedo aguantar, pensé.” Lamentablemente, Luis falleció el 5 de julio de 2014 y su testimonio se vuelve aun más valioso.


TIPS

1. No dejar de luchar:

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"Son dos opciones, uno lucha o se queda quieto, y mi opción es seguir luchando. Tengo la fe de que algún día se va a acabar mi enfermedad, voy a poder retomar mi vida, hacer el deporte que hacía antes y cumplir mis planes".

2. Valorar el sistema de salud público:

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"Nosotros recurrimos primero a las clínicas privadas, porque teníamos los recursos y supuestamente era el método más rápido: en los hospitales hay interconsultas que demoran meses. Pero los doctores de las clínicas privadas nunca pudieron diagnosticarme, no conocían los síntomas. Aprendí que la experiencia de los médicos de hospitales públicos es superior a la de los del sector privado".

3. Financiamiento creativo:

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"El plan Auge me cubrió las quimios desde 2008 hasta fines de 2009. Recurrí a todos los fondos estatales, pero tengo que estar más grave para recibir alguna ayuda, así que desde ahí todo corrió por cuenta de mi familia. Hemos financiado las quimioterapias con bingos, rifas, préstamos. En enero de 2010 me tenía que hacer un procedimiento que costaba 6 millones. Pedimos los permisos municipales y, en la multicancha del barrio, hicimos un evento. Los vecinos donaron premios, hubo artistas invitados, músicos locales, la muni trajo las sillas, las mesas y las cocinas para preparar la comida. Recaudamos 500 mil pesos en menos de tres horas".

4. Informarse:

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"Mucha gente me decía que buscar en internet era peor porque, aparte de sufrir la enfermedad, uno se estresaba más al saber los detalles. Yo lo hice igual y gracias a eso supe todos los tipos y niveles de gravedad de mi cáncer. Es algo que depende de cada uno".

5. Tratamientos alternativos:

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"Tomé veneno de alacrán durante un año. Me redujo bastante el cáncer, pero tuve que dejarlo porque subió muchísimo el precio y no nos alcanzaba para pagarlo".