MI HISTORIA

Hola soy de Cusco, la ciudad imperial. A mí me diagnosticaron cáncer de tiroides cuando tenía 21 años y estaba en la mejor etapa de mi vida. Estaba culminando mis estudios, por fin se cumpliría lo que tanto me costó! Pues vengo como muchos de una madre que cría a sus hijos sola, haciendo el rol de padre y madre. Mi madre es de las mujeres que dan todo por sus hijos. No fue nada fácil aceptar el diagnóstico y mucho menos decirle a mi mamá lo que me estaba pasando, pues en esos momentos ella pasaba por malos momentos. Muy asustada por todo, con muchos miedos, empecé a pensar que ya no habría un mañana para mí, que moriría pronto y obviamente, sentía mucha rabia, pues mi madre luchó tanto, trabajó de muchas cosas para educarme y para terminar así…sentía que no era justo.

Aquí en Cusco no había los especialistas necesarios para ayudarme, así que me enviaron a Lima. La verdad es que yo jamás había pensado en mudarme a Lima, ni viajar, ni nada parecido. No me gustaba la idea, pero si no había de otra, ¿qué más podía hacer?

Para ese tiempo conocí grandes amigos médicos y enfermeras a quienes agradezco inmensamente su comprensión. Me hicieron entender que hay que luchar y seguir por nuestros sueños y familiares.

Cuando llegué a Lima me volvieron a hacer todos los exámenes y debo confesar que tenía la esperanza de que se hayan equivocado en el diagnóstico inicial y de que todo estaba bien. Al llegar al hospital me sorprendí mucho porque jamás había visto tanta cantidad de pacientes. Recuerdo mucho a la primera persona que me atendió, muy amable y con una sonrisa me confirmó mi diagnóstico “carcinoma papilar de tiroides maligno” y para variar agresivo. La verdad que sentí un frío que me partió pero mientras más pasaba el tiempo de la consulta, me sentía segura y confiada. El doctor logró que ese día saliera del consultorio viendo la vida de otra manera. Pasó mucho tiempo para que pudieran operarme, para ser exactos 4 meses después de diagnosticarme. Durante esos meses me preparé, conocí nuevos amigos y la verdad es que hasta me llegó a gustar vivir en Lima jaja… También, durante esos meses llegué a sentir molestias y a ver las cosas que pasaban en mí: la caída de pelo, mi piel seca, dolor en el cuello, falta de aire por el tamaño del tumor… Pero aprendí a convivir con todo eso y empecé a llamar a mi tumor “bolita”. Cuando me bañaba le hablaba, pueden pensar que me estaba volviendo loca, pero le hablaba mucho, era mi compañera increíble que estuvo conmigo tanto tiempo, era como mi hija. Así pasó el tiempo hasta que llegó el día, nunca olvidaré lo nerviosa que estaba. Me paraba, me sentaba hasta que llegó la hora, sólo recuerdo que me dijeron cuenta hasta 10 y creo que me quedé en el número 4, de allí no recuerdo nada hasta que de pronto me vi sentada y delante mío unas rejas. Todo era blanco como el cielo mismo pero había alguien muy especial para mí: mi hermano que siempre como apodo me dice “monga” y yo le digo “favio”. Él estaba allí y me dijo muy claro: “Monga vamos párate, ya vámonos” señalándome las rejas y yo le contesté que no, que estaba muy cansada… Mi hermano estiró su mano y al cogerlo desperté y lo primero que hice fue preguntar si seguía viva, si era verdad que ya había salido de la operación. Tenía mucho sueño hasta me pellizque para estar segura. Al día siguiente salí caminando, sí tenía una cicatriz y un dren que me acompaño unos días, no comía mucho pero estaba viva, la operación salió bien. Ahora ya voy a cumplir cuatro años de ser paciente en el INEN (Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas) viajo cada seis meses para hacerme los controles, tengo altibajos como todos. Me he vuelto más hormonal y aunque a veces me canse de tomar todos los días mi pastilla (hasta que Dios decida) vivo cada día como si fuese el último. Hoy por hoy soy bachiller en Enfermería y me encuentro realizando mi tesis para poder graduarme de enfermera. Me tomo la vida con mucha alegría y humor y sólo puedo decir que la vida es una lucha constante, pero es una sola. Dios me dio una nueva oportunidad y si en el camino me vuelven a decir que otra vez tengo cáncer, lucharé porque en esta guerra solo uno puede ganar, el cáncer o yo y obviamente la ganadora seré yo.


TIPS

1. Vida con colores:

Categoría: Tips Femeninos

Descubrí que nuestra autoestima es nuestro mejor aliado. Si te sientes bien estarás bien. Todas somos bellas y si se nos cae el pelo, está bien, busquemos la mejor peluca, la que más nos haga sentir mejor. A mí, por ejemplo, me gustaron dos pelucas: una morada brillante y una fucsia. Arreglense, usen colores como el blanco, amarillo, azul, celeste, rosado, anaranjado. Colores vivos!! Sonrían a pesar de todo.

2. Recuperemos energía.:

Categoría: Alimentación

Cuando te enfermas buscas de todo para curarte. Encontré cosas naturales muy buenas que te ayudan a mejorar la piel y algunos dicen que hasta algunas frutas (masasamba la chirimoya, la granada, los dátiles) logran hacerte una quimio natural en tu organismo, entre otras cosas. Además, como saben casi siempre nuestras defensas bajan por diversas razones, así que un buen caldo de cuy es bueno para recuperar fuerzas.

3. Tu motivación.:

Categoría: Apoyo familiar

La familia es lo más importante. En mi caso fueron mi motor y motivo. Háblale a tu familia siempre tranquila y con una sonrisa, ellos al ver tu ánimo y optimismo sabrán que eres fuerte y que lo que necesitas es apoyo. Aleja lo más que puedas las lágrimas de ti y de tu familia y si tienes pareja dejemos que nos engrían y quieran.